lunes, 14 de agosto de 2017

SONETO SEGUNDO

Y tan especial como rosa azul
Apareciste en mi triste destierro
Impresionándome con tú amado ímpetu
Creyendo que eras de rompible acero.

Me sacaste de ese maldito infierno
Con muchas ganas y solicitud
Sabias que caería al averno
Eterna será mi gran gratitud.

Hoy, no puedo ya ser nada sin ti
Porque toda, eres mi extraviada guía
Muero si no estás, amor junto a mí.

Sabía, que este gran Edén llegaría
Porque era nuestro muy anhelado fin
Tú, pensabas que siempre me amarías.
                          AMA


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